En ocasiones, algunas sentencias populares, apoyadas en supuestos, afiman que para hacer periodismo no se requieren grandes dotes. Desde esa visión, queda reducida al hacer una actividad concebida desde el arte del crear.
El ejercicio del periodismo supone generar contenidos con tal conciencia que el receptor sea capaz de percibir la verdadera esencia de aquello sobre lo que se hable.
Se trata de sugerir y convencer con los argumentos adecuados. En tales circunstancias, no se subestima a los públicos, por el contrario, se les concede la libertad de asumir el rol de decodificadores con el auxilio de sus propias herramientas, y se les respetan sus apreciaciones.
Las audiencias y sus criteros son tan variadas como disímiles son los recursos periodísticos, pero precisamente en ese clima de heterogeneidad encuentra el periodismo su sentido constructivo, el mismo que compromete a los profesionales de la comunicación a ser consecuentes con la historia y la realidad.