domingo, 8 de marzo de 2015

Del oficio de crear y fomentar enseñanzas


En ocasiones, algunas sentencias populares, apoyadas en supuestos, afiman que para hacer periodismo no se requieren grandes dotes. Desde esa visión, queda reducida al hacer una actividad concebida desde el arte del crear.
El ejercicio del periodismo supone generar contenidos con tal conciencia que el receptor sea capaz de percibir la verdadera esencia de aquello sobre lo que se hable.
Se trata de sugerir y convencer con los argumentos adecuados. En tales circunstancias, no se subestima a los públicos, por el contrario, se les concede la libertad de asumir el rol de decodificadores con el auxilio de sus propias herramientas, y se les respetan sus apreciaciones.
Las audiencias y sus criteros son tan variadas como disímiles son los recursos periodísticos, pero precisamente en ese clima de heterogeneidad encuentra el periodismo su sentido constructivo, el mismo que compromete a los profesionales de la comunicación a ser consecuentes con la historia y la realidad.

El periodismo cubano cada 14 de marzo celebra su día, pues en esta fecha, pero en el año 1892, nació el periódico Patria. Ese gran soldado fundado por el Apóstol e imprescindible durante la preparación de la Guerra Necesaria.
Hoy, con un contexto mediático diferente, signado por nuestro propio devenir histórico y los acontecimientos internacionales, es tarea de la prensa cubana mantenerse cerca de cada uno de los procesos políticos y socioculturales que enfrente el país e incorporar alternativas que nos impulsen a avanzar con pisadas firmes por el complejo sendero de la información.
Bajo esta premisa, nuestro periodismo debe ser el de los medios de comunicación tradicionales y al mismo tiempo el periodismo ciudadano, el de la participación popular desde la implementación de diferentes espacios.
Es menester de este oficio informar, orientar, concientizar, pero también fundar amalgamas entre las instituciones y los medios, y entre aquellos y las audiencias, donde estas últimas se sientan identificadas, y propiciar así esa interactividad al aprovechar dimensiones y soportes.
La práctica del periodismo constituye una forma de expresión longeva. Un oficio noble, cuyos efectos han sido, con el paso del tiempo, tan grandilocuentes que resultan un hecho natural.
El periodismo es fuerza y solemnidad en el discurso, es contribuir al esclarecimiento de un asunto empolvado y es tener sentido de la inclusión.
Puede que para hacer periodismo no se requieran grandes dotes, sin embargo habría que recurrir a la armonía, al justo medio y a no desestimar la cautela para concebir un buen ejercicio periodístico. Habría que recurrir, en fin, a un oficio que crea y fomenta enseñanzas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario