UN AÑO DE SU DESAPARICIÓN
La noche del 26 de setiembre de 2014 en México, en la Ciudad de Iguala, estado Guerrero, más de cien jóvenes estudiantes de La Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que habían salido de su escuela a realizar una colecta pública, para poder viajar a la Ciudad de México, fueron reprimidos por las fuerzas policiales municipales con la complicidad del ejército mexicano, cuyo saldo fue 43 estudiantes desaparecidos y tres muertos.
El 6 de diciembre de 2014 se confirmó la identificación de los restos de uno de los normalistas desaparecidos, Alexander Mora; situación que incrementó la exigencia de los familiares para que los 42 estudiantes aparecieran.
La noche del 26 de setiembre de 2014 en México, en la Ciudad de Iguala, estado Guerrero, más de cien jóvenes estudiantes de La Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que habían salido de su escuela a realizar una colecta pública, para poder viajar a la Ciudad de México, fueron reprimidos por las fuerzas policiales municipales con la complicidad del ejército mexicano, cuyo saldo fue 43 estudiantes desaparecidos y tres muertos.
El 6 de diciembre de 2014 se confirmó la identificación de los restos de uno de los normalistas desaparecidos, Alexander Mora; situación que incrementó la exigencia de los familiares para que los 42 estudiantes aparecieran.
A un año de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el presidente Enrique Peña Nieto no tiene una investigación profunda, seria y creíble. Lo único claro es que detrás de todo está la manifestación poderosa del Narco Estado como la forma de gobierno en Guerrero.
La desaparición forzada que hoy sufre México es una realidad constante en nuestro país donde el gobierno peruano hace dos años envió un informe a la Organización de Estados Americanos (OEA) en el que hablaba de 15 mil 731 casos, pero nadie sabe de dónde sacó esta cifra.
La desaparición forzada es el crimen más atroz que carga de sufrimiento a la familia ante la incertidumbre de no saber qué pasó, dónde está. Es imaginar la muerte sin convencerse porque no se ha visto el cadáver. Es la prolongación de la maldad de un ser humano que mantiene a la familia en la inseguridad, en la desesperación, en el duelo eterno.
Por justicia sigamos exigiendo la aparición de los estudiantes normalistas mexicanos y que esta lucha también se convierta en un compromiso férreo con nuestros desaparecid@s. Levantemos la voz por todos ellos que nos hacen falta. Es hora de luchar.
Súmate, organízate y participa.
Convoca: Coordinadora Contra la Impunidad – CCI
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