martes, 27 de agosto de 2013

Educar no es solo transmitir conocimientos

Entre las prioridades del Ministerio de Educación para el nuevo periodo lectivo se destaca la formación integral de los estudiantes, para lo cual no solo es imprescindible elevar la calidad de la clase y del profesorado sino formar valores en los más jóvenes...

La indisciplina social es tema de debate en la Cubade hoy. Para nadie es un secreto que la chabacanería, la mala educación, la falta de respeto, entre otros males, están presentes en calles, casas y también en los centros escolares.


Por ello, y de manera especial, es la educación en valores la prioridad número uno del sistema nacional de enseñanza para el curso escolar que comienza el próximo 2 de septiembre. Pero, ¿de cuántas herramientas dispone la escuela para realizar esta labor?

Fundamental es el ejemplo del maestro. Conductor del proceso docente-educativo, es el maestro quien tiene en sus manos la formación ética de sus alumnos, más allá de los conocimientos que transmita. En la clase, en ese contacto tú a tú con sus educandos, está la clave del éxito.

En el curso escolar que comienza se graduarán los primeros docentes de las Escuelas Formadoras de Maestros, importante paso para fortalecer la calidad de la enseñanza en las escuelas primarias del país.

Enia Rosa Torres, directora de formación de personal pedagógico del Ministerio de Educación, explicó que esta primera graduación permitirá especialmente un cambio cualitativo en las escuelas primarias, pues estos jóvenes, formados en centros especializados, coadyuvarán a elevar la calidad de las clases en ese nivel de base.

Todo educa y también todo puede perjudicar. Y entre modas y modos se van creando males difíciles luego de erradicar.

La escuela tiene una misión fundamental en la construcción de una sociedad con elevados valores morales y éticos, pues no puede existir justicia social, equidad y verdadera soberanía sin educación y sin cultura.

Una herramienta fundamental con la que cuenta la educación es el reglamento escolar. Cumplirlo con rigor implica la correcta utilización del uniforme, puntualidad y disciplina, desarrollar los procesos evaluativos con la seriedad requerida y el respeto adecuado entre alumnos, docentes y familiares.

Y este respeto también se gana con sabiduría, cuando el maestro demuestra que sabe lo que dice y está dispuesto, con dedicación y amor, a transmitir sus conocimientos a todos por igual, especialmente a aquellos que tienen mayor dificultad en el aprendizaje, sin que medien otros atributos.

Que la escuela irradie hacia la comunidad cultura, ética y disciplina; que se convierta en el centro más respetado y querido del barrio, es también un anhelo que de cumplirse permitirá avanzar en esa prioridad de todos que es la formación integral de las nuevas generaciones de cubanos.

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