Después de la huelga de hambre, Mella tuvo que escapar de Cuba y refugiarse en México. Machado lo hubiera mandado a asesinar. En México el cubano se integró a la sección mexicana de la Liga Antimperialista de las Américas, y entró a formar parte de su comité ejecutivo. Como él mismo refirió lo hicieron miembro de la redacción de su órgano de prensa, El Libertador.
En aquel periódico escribiría lo más granado de América y Europa. Entretanto, sus amigos venezolanos Gustavo y Eduardo Machado y Salvador de la Plaza, serían admitidos como integrantes del Partido Comunista mexicano, sección de la III Internacional. Mella no lo podría hacer de inmediato porque a raíz de la huelga de hambre el Partido Comunista cubano lo había separado de sus filas por indisciplina, y solo una apelación a la Internacional le permitió más adelante reingresar en el Partido Comunista de Cuba e integrar el Partido mexicano. También el cubano entró en la Liga Pro Luchadores Perseguidos, y en la Liga Anticlerical.