martes, 6 de octubre de 2015

5 DE OCTUBRE, MARTIN ROCA Y KENNETH ANZUALDO PRESENTE!!!


Un día como hoy, eran las diez y treinta de la noche del 5 de octubre de 1993, cuando Martín Roca Casas, estudiante de Economía de la Universidad del Callao retornaba a su domicilio luego de terminar sus clases universitarias cuando miembros del Servicio de Inteligencia de la Marina lo secuestraron-desaparecieron.

De acuerdo a la investigación del periodista Ricardo Uceda en su libro “Muerte en el Pentagonito”, Roca Casas fue llevado al Cuartel General del Ejército donde se le torturó, asesinó y cuyo cuerpo se incineró en los sótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).
Como se recuerda, el 17 de agosto, Martín participaba en una marcha de protesta junto a otros estudiantes por el sticker universitario del medio pasaje cuando sorprendieron a dos desconocidos que estaban filmando a los manifestantes. Al rehusarse a identificarse se produjo un altercado hasta que los universitarios lograron arrebatarle la cinta de vídeo para luego destruirla.
Ese mismo día, en horas de noche, tres individuos vestidos de civil, que posteriormente serían identificados como los oficiales de la Marina de Guerra de Perú, Percy Tarazona Estévez, Ricardo Moreno Bautista y Oscar Alarcón Montes, acudieron a la vivienda de Roca Casas para preguntarle por la cinta de vídeo. El estudiante negó tenerla. Los oficiales se fueron pero, al poco tiempo retornaron con más militares y con la orden del comandante Elías Ponce Feijoo para allanar el inmueble.
Al día siguiente, el Oficial Tarazona regresó a la casa. Entonces, los familiares del estudiante lo detuvieron y lo trasladaron a la delegación del distrito de Carmen de la Legua, Callao. En la dependencia policial, el oficial Tarazona confirmó que realizaba labores de inteligencia.
Posteriormente, la vivienda de Martín Roca fue vigilada permanentemente por personas sospechosas, que según testigos, pertenecían a las Fuerzas de Seguridad. El estudiante envió solicitudes a la Prefectura del Callao para que le brindaran garantías para su vida. La Policía Nacional se negó a cumplir la orden.

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